lunes, 2 de noviembre de 2009

Cartas de amor




"Señora mía muy amada, gran padecimiento tuve al escribirte estos malllamados sonetos y harto me dolieron y costaron, pero la alegría deofrecértelos es mayor que una pradera. Al proponérmelo bien sabía queal costado de cada uno, por afición electiva y elegancia, los poetas detodo tiempo dispusieron rimas que sonaron como platería, cristal ocañonazo. Yo, con mucha humildad hice estos sonetos de madera, les diel sonido de esta opaca y pura substancia y así deben llegar a tusoidos. Tu y yo caminando por bosques y arenales, por lagos perdidos,por cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de palo puro, demaderos sometidos al vaivén del agua y la intemperie. De talessuavizadísimos vestigios construí con hacha, cuchillo, cortaplumas,estas madererías de amor y edifiqué pequeñas casas de catorce tablaspara que en ellas vivan tus ojos que adoro y canto. Así establecidasmis razones de amor te entrego esta centuria: sonetos de madera quesólo se levantaron porque tú les diste la vida.
"

Octubre de 1959

A Matilde Urrutia, por Pablo Neruda






-Tendemos a elevar a la supremacía aquello que los grandes nombres de la historia han dejado en libros y legajos de papel, y no entendemos, o no queremos entender ( y así, de esta manera cruel despreciamos lo que somos capaces de sentir, comparandolo con la grandeza que nosotros mismos le otorgamos a aquel suceso escrito, y no atisbamos a ver que ellos no se veian grandes, simplemente, lo que sentian era puro) que, mientras lo que se sienta sea nítido como un torbellino de sensaciones encontradas, mientras lo que se predique sea acorde a lo que se practique y lo que se escriba sea tan intimo como indecible, sera tan grande como las palabras de Neruda, Joyce, y algunos otros con los que continuaré este blog de ilusos y locos.

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