viernes, 18 de diciembre de 2009

Humo.


Deje de fumarme la vida por pensar que aveces, que quieren ustedes,
valia mas un cigarro que mi vida entera,
no es que odie el tabaco pero no apruebo la hipocresia,
y al fumarme la vida nunca dude que seria en vano,
y con mis palabras y mi buena mano golpee
lo que a viento firme habian sido mis reglas,
no era el tabaco quien se inmolaba
sino mi virtud, que a pesar de saberla ya en pleno naufragio
dudaba yo de que estuviera en un resquicio de mi alma perdida,
eso contando con que aun tuviera en mis manos la mia,
cosa que habia perdido irremediablemente alguna noche
de algun dia cuando sin sentirme extraño comprendi
que el poeta mas triste de la melancolia
era el hombre mas feliz que yo conocia.

2 comentarios:

  1. Pues menos mal que yo en la mía no puse esa fotografía!!!

    de todas maneras, mi humo es como de incienso, el tuyo de tabaco... ^^

    ResponderEliminar