lunes, 22 de noviembre de 2010

Hoy


Hoy el corazón ha querido ceñirseme al pecho y no dejarme respirar,
a veces late deprisa y las lágrimas surcan veloces los pensamientos
anclados en mis mismísimas y aletargadas raíces, como si solo con
el rubor de sus pasos ya no fuera suficiente, de un tiempo a esta parte,
han empezado a gritar. Y lo que es peor, gritan en silencio.

Hoy el corazón se me ciñe al pecho y todo el día se me hace gris,
melancólico, como si de una serenata raída y fúnebre se tratase,
me dice que ya no hay mas veredas en mi alma, que mis ojos,
mis oídos, mis dedos y mis pálpitos, están cerrados y sin reservas,
y mientras esos gritos silenciosos me oprimen la garganta,
sé que me dicen que estoy muerto, se que me dicen que ya,
no me aguanta el alma.

Hoy el corazón se me ciñe al pecho y ya no escucho su voz latida,
y con renuentes pasos abdico ante su estrepitosa sombra,
quizás es el anuncio de que aun estoy vivo,pero el tiempo ya, me sobra.

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