jueves, 14 de enero de 2010


Está distante pero, si afináis la mirada, quizás algún día podréis reconocerle. Es él, el hombre que nunca supo reír. Lo mas curioso es que anda vagabundeando entre la gente, como si estuviera perdido, pero en realidad es el hombre mas orientado que pueda existir en el mundo. Lejos de su llamado "titulo" de cabecera, este hombre tiene unos dientes enormes, blanquísimos, diríase que la naturaleza le dió todas las herramientas y ventajas para que pudiera ensanchar los labios, menos, claro, el don de la risa.

A cada paso que da, cada ciudad que encuentra en su camino, su mirada se torna mas serena, como si hubiese traspasado el plano mortal y se encontrase ya en plena carretera hacia el Ébano. Todas las almas que han intentado acercarse han terminado huyendo, pero, si les preguntáramos, no serian capaces de decirnos la razón. Solo podemos intuir que, quizás, al mirar sus redondos y grandes ojos oscuros reconocieron la propia negrura de su alma. Nadie debería de echarles la culpa por huir, o acaso alguno de ustedes, hombres y mujeres valientes, no daría la vuelta y echaría a correr tan solo al atisbar sus mas irrenunciables, acervos y delirantes temores? Aquellos que no sois capaces de reconocer siquiera a vosotros mismos, en la oscuridad de vuestra cama cada noche?

No, él, quizá, entre todas las verdades del mundo, es la más directa. Si alguna vez nos lo encontramos por la calle y su mirada raja nuestro corazón como si de un puñal se tratase, deberíamos sentirnos satisfechos, ya que, si en verdad este hombre esta orientado hacia la tristeza, y al final, encuentra su destino, sabremos con plena certeza, que es posible que exista algún cielo.

1 comentario:

  1. Magnífico, me encanta cómo presentas al personaje.

    Vas mejorando la ortografía, ¿eh? excepto algún que otro acentillo... :P

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